El Maestro de Maestros, Jesús-Cristo, no se halla lejos ni ausente de la tierra, no se ha alejado, ni está en los cielos, ni en otros planetas.
El adorable Salvador del Mundo está aquí, en este planeta y vive y palpita lleno de amor por todas las criaturas, buenas, malas.
Es el Sol Divino Humano que hoy, es aquí y también es allí y allá y también más allá. Para este Gran Maestro, Divino Jerarca de la Logia Blanca, no hay espacio, ni tiempo ni distancia.
EL ES sin limitaciones, sin leyes, EL es Ley, EL ES y está en todas partes.
Allí donde un corazón sincero lo invoca, el Es; y si en el mismo segundo son miles los necesitados de su ayuda, el Es en ese mismo instante en y ante todos los que lo invocan.
Nuestros discípulos podrán entrar en contacto directo con el Adorable Salvador del Mundo y solicitarle que él sea quien ayude al estudiante Rosacruz a proyectarse consciente hacia el maravilloso universo
astral.
Jesús el Cristo, ama a todos los seres, su amor es divino y el siempre ayuda a todos aquellos que de corazón le piden, sin importar si es santo o pecador, si es ángel o humano, si es rico o pobre, si es cristiano o mahometano. ¿Queréis recibir ayuda del Señor Jesucristo? Perseverar sin desmayar y sin ambicionar nada en la siguiente práctica.
3.- Solicitar al Padre Madre nos lleve hasta los Templos del Gran Maestro Jesucristo y nos conduzca hasta los augustos Templos donde oficia los sagrados rituales, para poder participar de la Santa Unción Crística.
4.- Enfocad toda vuestra atención, imaginación y voluntad hacia dentro, muy adentro de vuestra conciencia, penetrad profundamente en ella, y luego identificaos plenamente, totalmente con el Maestro Jesúscristo.
Vedlo con vuestra imaginación consciente llevar el pesado madero por las empedradas calles de Jerusalén y sentiros plenamente transportados, hasta percibir, sentir la presencia del adorable y asumid conscientemente en ella el papel de Cirineo y ayudadle a llevar la cruz, hasta el altar mismo de su inmolación.
Debe sentirse el discípulo realmente en todo el drama de la Crucifixión, debe sentirse en el centro de toda aquella majestuosa y dolorosa muerte del hijo del carpintero, debe recibir y sentir todo el terror que acompañó a quienes estaban presentes en el “consumatum est”.
Debe observar clara y eficazmente las tinieblas que envolvieron el monte, los rayos y relámpagos y participar de este supremo y gran acontecimiento del entierro del cuerpo de Jesús, así como de su resurrección gloriosa, y en ese supremo y gran instante debe el estudiante seguir los pasos del Maestro resucitado y dirigirse junto a él, hasta el templo de Cristo, y ahí, participará junto con otros aspirantes a la Cristificación del Santo Sacrificio.
Participará en su cuerpo astral de la Santa Unción Crística, recibiendo de las mismas manos del Salvador, de manos de nuestro Maestro Jesucristo, el Pan Sagrado, conteniendo células vivas de su Divino cuerpo y el vino santo conteniendo gotas palpitantes de la sangre del Cristo y de las manos mismas del Cristo Jesús recibirá sus bendiciones.
Todo lo ocurrido hasta este momento se habrá verificado realmente en el astral, y luego de terminado el Gran Ritual podrá escuchar de labios del mismo Maestro las Divinas enseñanzas, y podrá el discípulo, siempre con la ayuda de su Padre acercarse al Maestro y solicitarle Consciencia, Sabiduría, Voluntad, y él le transmitirá todo lo pedido por el estudiante.
Siempre orando y meditando, debe el estudiante regresar a su Templo (Su cuerpo fisico) y haciendo la voluntad del Padre, penetrar suavemente por la puerta del cielo (la glándula pineal) y luego no moverse, repasar cuidadosamente todo lo experimentado y meditar...meditar.
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