Una persona al hablar de la mujer se encuentra en un conflicto, por el mismo hecho de que ellas, las mujeres, son más sensibles y se podría decir un tanto raras por su misma constitución de mujeres.
Por ejemplo, a ellas no se les podría decir de frente: animales racionales, hembras degeneradas, bestias intelectuales, y otros términos que son apropiados para dar una definición del animal racional.
Al Observar a la mujer, uno puede ver algo defectuoso o algo muy extraño, o algo muy sublime, encontrando en ella la viva imagen de la Divina Madre (Isis, Maía, Isoberta, Rea, Kundalini, Pachamama, etc.). Todo lo que vemos ha sido dado a Luz por la Divina Madre, y todos hemos sido dados a luz por la madre, por la mujer y ella es siempre quien da a luz.
La mujer es algo muy Sagrado en cuanto a lo espiritual y antropomorfo se refiere; pero, es lamentable ver que la mujer no se ve a sí misma como lo que es, no se considera como tal, sino que se consideran inferior al hombre. Varón y Mujer son complementos, y esto no quiere decir que el uno sea inferior o superior al otro, ambos seres, varón y mujer son iguales. La mujer no puede dar un solo paso sin la ayuda del hombre ni el hombre podría caminar si no es con la ayuda de la mujer, hablando estrictamente dentro del campo espiritual y esotérico.
Por tal motivo, una sencilla, pero a la vez de tremendas connotaciones físicas y espirituales, tiene la transmutación sexual, la transformación de la semilla humana, es decir, los espermatozoides en los varones, y los pro-óvulos y óvulos en las mujeres, en energía divinal, en energía terriblemente poderosa, inicialmente de forma unipolar, sin el concurso de la pareja, para posteriormente realizarlo entre ambas polaridades. macho-hembra, varón y mujer, en las prácticas de transmutación integral, o arcano solar. (ver “la orden Rosa Cruz – el orden de Melquisedec”, del mismo autor).
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