El NO A LA VIOLENCIA, no significa “pasividad” y resignación frente a la injusticia, opresión, explotación, alineación, etc., que estoicamente soporta el pueblo boliviano y los pueblos de Indoamérica; ¡NO...! El NO A LA VIOLENCIA jamás será conformismo suicida y enfermizo ante la penetración absorbente de los capitales explotadores, inhumanos e imperialistas.
El NO A LA VIOLENCIA, no significa dejar de luchar contra el hambre, la miseria, las enfermedades, la desocupación, el analfabetismo, etc.
El Humanismo Revolucionario enseña: Que el PODER jamás puede ser violento...
Son y serán débiles los actuales gobiernos, siempre serán débiles porque son débiles ante el dinero, el vicio, la pereza, la corrupción, etc.
Todo gobierno en general es débil, por eso arremete contra los más débiles. Si los gobernantes fueran libres serian hombres fuertes. Como son entes débiles siempre buscan las dádivas.
EL PODER DE LA FUERZA DE LA NO VIOLENCIA SOLO SE MANIFIESTA EN UNA PERSONA SANA, DISCIPLINADA Y VALIENTE.
Si el gobierno es débil no podrá solucionar sus problemas económicos ni sociales.
Los pueblos gobernados por autoridades débiles van a ser siempre débiles y esa debilidad los llevará a situaciones conflictivas.
Lo más paradójico, es que los capitalistas que son unas cuantas personas o familias levantan edificios, empresas, consorcios, etc., mientras billones de seres humanos reptan, se arrastran ante ellos. Resulta absurdo, ver, que esos cuantos hacen uso de sus armas para someter a los pueblos.
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