En la lección anterior nos referimos al Cuerpo Astral, hablamos algo de su patología, así como de una singular terapéutica; y, en esta lección vamos a explicar en forma concreta a la proyección consciente de ese vehículo maravilloso que es el Cuerpo Astral.

Proyectarse hacia ese universo paralelo de la Luz Astral, no es algo Divino, ni sobre natural, menos aún algo "diabólico".

Proyectarse al Astral, o "salirse" en cuerpo astral es algo muy natural, algo demasiado "común".

Todos los animales durante las horas de sueño, es decir, cuando se hallan "dormidos", "viven" en el Universo de la quinta dimensión, y, el animal racional no es ninguna excepción, el también vive en el mundo astral, y trabaja, juega, camina, deambula, etc,.

Aclarando, podemos decir: Lo que realmente duerme es el cuerpo físico, mientras el "ego" envuelto en su cuerpo astral ha pasado a ese universo paralelo donde se desenvuelve, vive normalmente, o sea, que ha dejado el cuerpo carnal, y se ha sumergido con su cuerpo astral en la región pertinente al mundo de los sueños, vale decir ha ingresado al cosmos astral.

Reiteramos, todos los animales salen del cuerpo físico utilizando su cuerpo astral durante las horas en que "duermen".

Las horas de sueño en las que descansa el cuerpo físico, corresponden a horas de intensa actividad que desarrolla el cuerpo astral como instrumento de expresión del ego.

Proyectarse al mundo astral es algo muy importante para todo aspirante a la cristificación, ya que sólo asistiendo conscientemente a los templos de la Logia Blanca, se puede recibir de labios a oído la sagrada enseñanza de los Venerables Maestros, es así como podemos avanzar en el Sendero estrecho que conduce hasta la Iniciación.

Todo aspirante a la Cristificación, todo estudiante Rosacruz debe dirigirse conscientemente hasta los templos de la Sabiduría Oculta. Es en el universo astral donde se hallan los Templos de la Logia Blanca, los Templos de la Augusta y Venerable Orden Rosa Cruz, y es ahí, donde el aspirante debe dirigirse para recibir en secreto la sagrada enseñanza que ha permanecido inalterable a través del tiempo y del espacio.

Esta Sabiduría ha sido revelada a todo intrépido y valeroso aspirante que ha sido capaz de descorrer el velo del misterio.

Proyectarse al astral conscientemente es algo de mucha importancia, algo insoslayable, para todo estudiante serio de la Sabiduría Cósmica.

Toda la Sabiduría Oculta a la que se refería el "apóstol" Pablo, se muestra al Iniciado en los mundos internos; pero, hay que empezar como es natural, desde "abajo", desde el mundo físico, y es en el mundo físico donde hay que empezar con las prácticas pertinentes.

Es urgente, inaplazable, que todo aspirante aprenda a proyectarse conscientemente hacia los templos de la Santa Orden, reiteramos, esos templos sólo se hallan en los mundos internos.

En la sagrada tierra de los Faraones existe un antiquísimo Templo Rosa Cruz, ese templo se halla en la Cuarta dimensión.

A este templo de la Esfinge, se llega en cuerpo físico y también se llega en cuerpo Astral.

En la entrada del Templo se hallan los Guardianes del Templo, quienes con la Espada en la diestra, serenamente observan a los aspirantes, y son ellos quienes niegan o permiten la entrada ese majestuoso templo.

Todo aspirante a Rosa Cruz, puede y debe ir y presentarse conscientemente en ese augusto Templo del Conocimiento Esotérico.

Hay estudiantes preparados que llevan su cuerpo material de carne y hueso, y sangre, hasta la Esfinge; y hay otros estudiantes que asisten conscientes en su Cuerpo Astral.

Todos los aspirantes honestos y serios, son bien recibidos y conducidos a un salón especial destinado a la Instrucción de los aprendices.

Todo aspirante que ansíe verdaderamente llegar a los pies de los Maestros de la Orden Rosacruz, debe ponerse en contacto con los Iniciados de la Esfinge.

Los Maestros de la Orden Sagrada están con los brazos abiertos para recibir a todo los valientes dispuestos a encender el fuego con agua y sobre la piedra.

A continuación damos una serie de prácticas que sirven para proyectarse conscientemente hacia los grandes y santos templos de misterios.