La Vida íntegra es un problema sexual. Nadie tiene vida excluyendo el sexo.
Todos y cada uno de nosotros tenemos esta vida, gracias al sexo. Ha sido gracias a la unión de un varón y una mujer, en la intimidad sexual, lo que nos ha engendrado. Nadie, absolutamente nadie, tiene "vida" sin haber nacido, y nadie ha nacido sino, gracias al sexo.
Todo nacimiento es sexual (aun los "niños probetas" requieren de la intervención del sexo).
No se conoce en el cosmos, ente alguno que haya nacido de teorías, dogmas o creencias.
Todos nacemos gracias al sexo. Nadie nace por teorías o creencias, o dogmas.
A la luz de la consciencia despierta por el fuego de la Vida, afirmamos:
No hay en todo el cosmos infinito, una sola criatura que haya nacido, gracias a una teoría, gracias a una creencia, o gracias a un dogma. Todo nacimiento, toda vida es sexual.
Jesús, el sublime sacerdote del Dios altísimo conforme el Orden de Melquisedec, enseñó: "De cierto, cierto, te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios"..."De cierto, en cierto te digo: QUE EL QUE NO NACIERE DEL AGUA Y DEL ESPÍRITU, NO PUEDE ENTRAR EN EL REINO DE DIOS". "Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del espíritu, espíritu es"(Juan 3:3,5,6.) "...Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el hijo del hombre sea levantado" (Juan 3:14).
El agua germinal a la que hace referencia el Alquimista Jesús es simple y llanamente el Semen, la semilla humana; y el fuego, es el mismo semen, pero, transformado, transmutado en energía. El fuego es pura energía sexual.
La simiente transmutada llega inevitablemente, - si el trabajo de las constantes transmutaciones es perfecto - a despertar, a "levantar al hijo del Hombre sobre la vara".
Con la Transmutación integral, con el Arcano Solar, transformamos íntegramente nuestra simiente, nuestras "aguas" en "fuego vivo", y gracias a ese nacimiento, logramos levantar al hijo del Hombre sobre la Santa Vara.
Idá, es la serpiente lunar = Agua.
Pingalá , es la serpiente solar = Fuego.
El agua y el fuego nos brindan la semilla necesaria para el nacimiento segundo, del cual habló Jesús a Nicodemus.
El Hijo del Hombre es Kundalini. La vara es símbolo de la Columna Vertebral. La serpiente el símbolo de Kundalini.
Es así como logramos "nacer otra vez", es así como nacemos "no de simiente corruptible, sino incorruptible".
La simiente corruptible es el semen de los fornicarios. La simiente incorruptible es el semen transmutado con el Arcano Solar. El fuego y el agua nos despiertan la conciencia.
F + A = C Fuego más agua igual conciencia.
Sólo con la consciencia despierta logramos despertar Kundalini.
Solamente con la consciencia despierta levantamos sobre nuestra vara el Hijo del Hombre.
Es así como logramos el nacimiento segundo, porque "no andamos conforme la carne" (fornicación) sino, conforme el Espíritu (Transmutación Integral).
Porque los que son de la carne (los fornicarios) piensan en las cosas de la carne (en fornicación, inmundicia) pero los que son del Espíritu (los que viven la castidad Real) en las cosas del Espíritu (en levantar al Hijo del Hombre), porque el ocuparse de la carne (teorías, creencias, fornicación) es muerte, pero el ocuparse del Espíritu (la Autorrealización, la transmutación es vida y paz: Romanos 8:4,5.6) "... No nos ha llamado Dios a inmundicia (fornicación: Levítico 15:16,17,18, 31, 32) sino a santificación" (1ra de Tesalonicenses 4:7).
La base fundamental de la Autorrealización (los Rosacruces, no lo olvidamos) es la roca (Isaías 28:16 - Mateo 16:18), es la piedra sobre la cual el Rosacruz Jesús, instituyó su iglesia y esa piedra es el sexo. ¿De qué os turbáis?
Sólo viviendo el valor de la Vida, vale decir Transmutando la simiente, el semen, es como logramos "nacer otra vez" y "Levantar al Hijo del Hombre..."