MUERTE

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Valor de la Muerte
Para vivir realmente, es fundamental aprender a morir. Sólo quienes mueren en sí mismos, logran gozar la vida con toda plenitud.
Quienes logran realizar el trabajo ígneo en la fragua de los Dioses, comienzan, es obvio, a gestarse como Iniciados y luego como Maestros en el seno de la Divina Madre.
Solamente quienes sienten la necesidad de vivir, comienzan el trabajo con la muerte.
La muerte a la que nos referimos no es la profana muerte del cuerpo físico, sino, algo muy superior, muy trascendental. Nos referimos a la muerte mística.

Entiéndase por Muerte Mística, la desintegración total de aquello que tiene sabor a Ego.
El aspirante a la Vida debe ser un paciente cultor de la Muerte Mística.
Resulta muy difícil, casi imposible, acabar con todos y cada uno de esos espectros milenarios que constituyen la cristalización de los vicios y pecados cometidos tiempo ha.
Cada cristalización energética del vicio, de la degeneración, del pecado, constituye un multifacético y pluralizado "yo".
La suma de todas aquellas cristalizaciones o yoes constituyen eso que es el Ego.
Cada Ego es la legión del vicio, pecado, etc., y cada yo es una variedad pluralizada de lujuria, ira, codicia, gula, mentira, crimen, etc.
