La VIDA no ha tenido un principio ni tendrá un fin. Es tan abstracta, tan sublime, tan real, como lo es la misma divinidad, como lo es DIOS.
LA VIDA proviene de eso que es DIOS. DIOS ES LA MISMA VIDA. Lo que anima al inconmensurable universo es su VIDA, la vida que DIOS dimana de sí, la vida de Dios es lo que da realmente vida al infinito universo. Sí Dios, dejaría de ser, absolutamente toda la vida existente en los cielos, y más allá de los cielos, y también aquí en la tierra, bajo de la tierra, y también allí en lo que las religiones llaman infierno, dejaría de existir, y todo sería NADA. ¿Quién podría siquiera conceptuar la "NADA"?
La nada no existe, sólo vive el TODO. El TODO es vida. La VIDA es TODO.
El TODO es DIOS y DIOS ES EN TODO.
MELQUISEDEC ES EN DIOS.
DIOS ES EN MELQUISEDEC.
MELQUISEDEC ES EN TODO Y ES TODO.
Sólo quien ES en todo, no depende en su GRANDE VIDA de nada ni de nadie, es un "Rey de Justicia y Rey de paz; sin padre y sin madre, sin genealogía que ni tiene principio de días ni fin de vida."
MELQUISEDEC el grande Rey de Justicia y de Paz, ES en el insondable vacío de los cosmos. ES en nuestra galaxia y ES en nuestro sistema solar; así como que ES el REY de JUSTICIA Y PAZ quien tiene su trono ígneo en el Templo Corazón de nuestro planeta.
JUSTICIA Y PAZ es lo que tanto precisa nuestra doliente humanidad, y MELQUISEDEC ES el Rey de Justicia y paz.
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