Esta sabiduría que no es nueva, es tan antigua como el universo mismo. La sabiduría, el conocimiento Rosacruz no tiene límite en cuanto al espacio y al tiempo se refiere. Estos son los mismos hace millones de años, y como serán los mismos en un futuro lejano, dentro de miles y millones de años.
El conocimiento de eso que es la verdad, de eso que es lo absoluto, la Rosacruz, abarca más allá de los límites de la mente, y de la conciencia, está más allí de las barreras y conceptos en cuanto a tiempo, espacio, y eternidad se refiere.
Ustedes, han debido escuchar en diversidad de oportunidades, de una y otra parte del mundo, y bajo el mando de un determinado señor o señora, que se han erigido diversidad de grupos llamados «Rosacruces».
Si hiciéramos un recuento de estas instituciones denominadas «Rosacruces», encontraríamos que cada uno de ellos difiere esencial y fundamentalmente en el aditamento al nombre.
En Brasil, por ejemplo, existe un centenar de organizaciones, unos más «Rosacruz» que otros, que, sin embargo, utilizan el mismo símbolo, una cruz adornada con una rosa en la intersección de ambos maderos. Otros tienen ciertos aditamentos, adornos muy bonitos y significativos: laterales, superiores e inferiores. Otros, adornan el nombre de fraternidad Rosacruz o hermandad de los Rosacruces, con rimbombantes nombres como antigua, mística, floreciente, ígnea, radiante, de fuego, de oro, etcétera.
Cuando analizamos todas esas instituciones, muy respetables en el campo intelectual, a la luz de la conciencia, vemos que lamentablemente, nada tienen que ver con los excelsos y augustos misterios de la Orden Rosacruz.
También ustedes, han escuchado en diversidad de oportunidades, como la prensa, especialmente escrita, anuncia a un sin fin de «clarividentes», quirománticos, cartománticos, etcétera, que se denominan «Rosacruces»; y sin embargo, son grupos que tienen que ver más con el satanismo y otras artes.
También existen ciertos grupos muy especiales, que están relacionados con el espiritismo, otros con ciertas vinculaciones evidentemente racionales, las mismas que a sí mismos se denominan «Rosacruces», y no faltan las buenas gentes, aquellos permanentes parroquianos de tabernas, de prostíbulos, lupanares, cabarets, etcétera, que ebrios de placer y de licor y con pistola en mano, inclusive, afirman y reafirman ser «Rosacruces»…
También existen gentes muy cultas, de muy buena moralidad, intachables caballeros, damas realmente honorables, que de vez en cuando, brindan magníficas conferencias en auditorios muy elegantes, llenos también de gente muy culta. Estas personas presumen a veces simplemente, en esos momentos de arranque emotivo, de ser iniciados de un grado «x», otros afirman haber concluido con todas las monografías de un curso Rosa Cruz, habiendo llegado a la más alta gradación… otros que militan en la «francmasonería…», afirman haber llegado al grado 18 de caballero Rosacruz…, y otros van más allá todavía. en cierto club cooperativista, sus miembros muestran sus galardones, demostrando así que son «maestros» Rosacruces, incluso hay otros que tienen grado de 99, 186, etcétera.
Todos estos señores, pueden en cualquier momento enseñar, realmente, antiguos talismanes, formidables pergaminos, bonitos diplomas y títulos con los cuales confirman y reconfirman ser «miembros» Rosa Cruz…
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